Cuando una mujer se encuentra frente a un embarazo no deseado y opta por interrumpir su embarazo con medicamentos, se expone a que le cobren grandes cantidades de dinero en las farmacias, internet y otros medios de comercialización.
 
Lo desafortunado en este tipo de transacciones es que en una gran mayoría de los casos este producto es falsificado o no contiene las cantidades adecuadas del ingrediente activo, de otro lado, el uso de las pastillas para abortar se está indicando sin tener en cuenta antecedentes clínicos que son relevantes para que no hayan complicaciones, para su venta prometen acompañamiento médico y hasta seguimiento ecográfico, pero a la hora de las complicaciones estas garantías se desvanecen exponiendo a la mujer a la pérdida de la vida y/o a largas hospitalizaciones y señalamientos por parte de sus familiares y círculos cercanos.
 
Ha habido testimonios que hablan acerca de violaciones por parte de farmaceutas poco profesionales, estafas de grandes cantidades de dinero y hasta chantajes a mujeres que han querido interrumpir su embarazo con medicamentos conseguidos por internet.
 
Por lo anterior es importante que cuando una mujer se enfrente ante la posibilidad de la interrupción voluntaria del embarazo sepa que en la mayoría de los casos la ley la protege y que puede acudir a clínicas, fundaciones, centros médicos y hospitales que sean sinónimo de seriedad, seguridad y confidencialidad a la hora de solucionar su situación.